Desde mi ventana: El amor es algo hermoso...

Tengo muchas cosas que decir, muchas cosas que contar, pero esto es algo que simplemente no podemos dejar pasar. En tiempos donde la gente busca huir a las responsabilidades, jugar por la libre y dejarse llevar por los temores del compromiso es verdaderamente emotivo el ver a dos personas jóvenes diciendo: No importa lo que venga, no importa que suceda, incluso no me importa lo que los demás piensen, yo estoy seguro de lo que siento. Te amo tanto que quiero pasar el resto de mi vida contigo.

Ayer por la mañana se casaron dos grandes amigos: Marcela Espinoza y Daniel Araya. Una hermosa pareja a la que tengo que reconocer que no les vi mucho futuro en un principio. Es más, tengo que confesar, que como muchos, incluso llegue a decir que no duraban un mes. Sin embargo el paso del tiempo llegó afirmar que a pesar de sus diferencias ambos eran el uno para el otro.

A Daniel (más conocido como Chino) lo conozco desde que eramos dos chamacos que se juntaban para "mejenguear" cuando sus padres pasaban tardes reunidos en salones ejecutivos. A Marce la conozco desde que era casi una quinceañera. Una gran amiga que ha sido soporte y apoyo en momentos difíciles. Dos verdaderos soñadores que luchan por lo que quieren y no se detienen hasta verlo en sus manos.

Es por eso que hoy desde este pequeño rincón quiero dedicar un espacio para darles mis mejores deseos. Porque no hay nada más hermoso que dos personas que se casan tan enamoradas y seguros de lo que quieren.

Ceremonias como la de ayer son una Oda a ese proceso tan bello que llamamos vida. Un llamado a la conciencia a quienes han jurado amor eterno. Un canto a la esperanza y a la fe de aquellos que siguen creyendo que si se puede confiar en el amor. Un reconocimiento al coraje y al valor. Porque hay que tener valentía y coraje en estos tiempos para decir "si acepto" a ese compromiso de luchar y amar hasta que la muerte los separe.

Como decía mi buen amigo Jon durante el brindis, es una gran responsabilidad que ambos adquieren en este paso de enorme felicidad el nunca desfallecer ante las dificultades, pero al mismo tiempo, es una gran responsabilidad de quienes ayer fuimos testigos de su santa unión, el estar siempre presentes para motivarlos a seguir luchando, a seguir creyendo, y seguir amando a la persona que escogieron para estar siempre a su lado.

Al fin de cuentas, para eso somos los amigos. Por eso desde acá les envió mis mejores deseos, esperando que la vida les siga colmando de éxitos y bendiciones, pero ante todo deseando que lo que Dios unió, no lo separe jamás el hombre.

pd. Gracias a todos por sus comentarios en estos días, siempre es un verdadero placer contar con ustedes...

Acerca del autor

Dame una pluma y un papel y te escribire la mayor y más emocionante historia que jamás hayan contando: Mi autobiografía.

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